Roberto Scandian

Pertenezco al grupo de los empleados leales: ¡llevo 38 años trabajando en Tonello! Mi función actual es la de «manitas» (en el sentido positivo de la palabra). Me ocupo de diversos proyectos, realizo reparaciones, mantenimiento, construcción de prototipos y equipos diversos. Las distintas facetas de mi función me permiten colaborar directamente con todos los departamentos.

Al principio fue un poco como caminar en la oscuridad, tuve que luchar con mi familia para quedarme aquí. Mis padres me habían encontrado trabajo en otra empresa, una propuesta que no consideré en absoluto. Estoy contento con la elección que hice porque en Tonello tuve la oportunidad de crecer y aprender muchas cosas, adquiriendo diferentes habilidades.

El trabajo es la tercera cosa más importante en la vida: la primera es la salud, la segunda es la familia. Me gusta pensar que si Tonello se ha convertido en la referencia en el panorama del tratamiento de prendas textiles, también es un poco gracias a mí. Siempre he intentado dar lo mejor de mí, incluso más de lo que se me pedía.

Sin duda ha habido una evolución importante. Cuando llegué aquí, la media de edad era de 20/25 años. Era una carpintería muy sencilla, fabricábamos una media de tres máquinas al año y había poca organización. Ahora la realidad es completamente distinta: estamos estructurados, tenemos un planteamiento preciso y ordenado, y trabajamos por objetivos.

Va de excelente a regular. Espero que los demás piensen lo mismo de mí, aunque soy consciente de que tengo mal genio!

El más estimulante fue cuando me reconocieron que tenía una personalidad ganadora en comparación con muchos otros. El momento más oscuro fue cuando falleció un miembro de la familia Tonello. Sigue siendo una herida abierta, para todos.

Episodio uno: era el año 1982. Acababa de preparar una máquina de teñido para su envío, pero cuando llegó el camión para cargarla y entregarla a la tintorería, descubrimos que la máquina era más grande que la puerta. Para sacarla, tuvimos que derribar un trozo de la pared del cobertizo!

Segundo episodio: de 1990 a nuestros días. Le expliqué a un colega cómo era posible distinguir el hierro del acero, ¡sólo con olerlo! Lo más gracioso es que esta persona sigue creyéndolo a día de hoy!

El peligro reside en no tener el valor de arriesgar más. Hoy en día, si te detienes estás perdido, ¡hay demasiada competencia ahí fuera!

Por el contrario, la fuerza de Tonello reside tanto en su gente como en su Centro de I+D, el corazón palpitante de la empresa.

Sostenibilidad es una gran palabra, pero por desgracia últimamente se ha convertido en una moda. Es fácil decirlo, pero la realidad es que hay muy pocas personas y empresas que puedan permitirse definirse como tales. Detrás de este término hay muchos intereses y mucho negocio, pero afortunadamente formo parte de una empresa que siempre ha creído en este valor, y en la que ha invertido mucho tiempo y dinero.

La pasión. Me encanta mi trabajo y creo en lo que hago: el hecho de que lleve aquí 38 años es prueba de ello.