Antonio Busato

He estado trabajando en Tonello durante más o menos… ¡mucho tiempo! Para ser exactos, 30 años.

Actualmente trabajo como Area Sales Manager, pero ese no siempre fue mi trabajo. Comencé haciendo pruebas internas en las máquinas, luego viajé por Europa para instalar y reparar máquinas. Por un breve período me ocupé de la asistencia técnica y telefónica, y solo más tarde, en la ITMA de París en 1999, comencé mi carrera como Area Sales Manager.

Mi papel principal es, sin duda, el de promover la marca Tonello en las áreas geográficas que sigo.

He sido pionero en varios países, y actualmente me estoy concentrando más en los mercados europeo, sudafricano y centro y sudamericano.

En pocas palabras, cuéntanos tu historia en Tonello. Recuerdo bien ese primer momento en el que sentí que la empresa era un poco «mía«. Esta fase significó mucho para mí: me llevó a algunos conflictos internos, pero sirvió para poner mi enfoque en perspectiva y ayudarme a concentrarme en mis metas laborales. Sin duda, promovió un crecimiento de 360 grados.

Es un papel social, no solo un simple rol de ventas. Me lleva a interactuar con otras personas, a estar en constante diálogo.

Claramente, mi objetivo es vender y es parte de mi trabajo, pero siempre trato de ir más allá: intento establecer una relación sincera con todos con quienes trato.

Es una empresa en continua evolución, gracias a la ética y el compromiso de un equipo de personas que siempre han creído y apoyado este crecimiento. Ha habido un equilibrio entre el progreso y la gestión correcta de la empresa, y esta también es la razón por la que hoy ostentamos el título de líder mundial en la producción de tecnologías para el tratamiento de prendas.

Mi relación con las personas siempre ha sido muy buena. Obviamente, como en todas las situaciones, hay desacuerdos, pero nunca falta sinceridad, franqueza y humildad. Esto es algo muy positivo que distingue a Tonello.

Debe ser una realidad, y de hecho lo es: funciona y eso es muy importante. La capacidad y la voluntad de escuchar de todos son esenciales. Todos deben ser capaces de confrontarse y expresarse, manteniendo siempre el máximo respeto por los demás, también considerando su edad y experiencia.

Cuando me dieron un coche de empresa, que luego me quitaron, me sentí realmente decepcionado, pero fue solo un malentendido. 😅

Aparte de esto, no ha habido momentos particularmente difíciles: hay momentos en los que no es fácil alcanzar los objetivos que te propones, pero con el tiempo aprendes a ver el panorama general.

Recuerdo un Día de los Inocentes hace varios años. Le pedí a nuestro agente belga que llamara a nuestro fundador, Osvaldo Tonello, con una solicitud inusual de un cliente: ¡una lavadora con un cesto triangular! Jugando junto, el agente llamó a Osvaldo, quien rápidamente se puso a trabajar. Obviamente, retiramos el pedido unas horas más tarde y Osvaldo se rió mucho de la broma. De todos modos, he jugado tantas veces que podría escribir un libro sobre ellas!

Recuerdo cuando actué como camarero en un viejo hotel ruso durante un viaje, y mientras estábamos en Madrid cuando perdimos nuestro vuelo a A Coruña. Esa fue mi culpa. Cada vez que viajo, cuento con los demás, pero esta vez los demás también contaban conmigo.

Moraleja de la historia: nadie se había molestado en hacer el check-in y así perdimos el avión! 🤣

Todo es cierto, pero es un concepto volátil, siempre hay algo que se puede mejorar.

Los veo aplicados en situaciones cotidianas, especialmente recientemente. La sostenibilidad es el punto principal en el que estamos trabajando: estamos notando que las personas exhiben un comportamiento más responsable y atento, así que diría que los datos son positivos.

La confiabilidad es importante, tanto cuando hablamos de productos como cuando hablamos de personas. Es un requisito que va de la mano con el concepto de responsabilidad conductual.

Lo que mejor me representa es el deseo de hacer las cosas, que puedo traducir en pasión. Para mí, la pasión significa no quedarse en los estereotipos, tratar de mirar más allá y ser curioso, ¡siempre!