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Fibra textil artificial: el puente entre la naturaleza y la tecnología

¿Qué es una fibra textil artificial?

La fibra textil artificial es un filamento obtenido mediante la regeneración de materias primas naturales – pulpa de madera, bambú, fibra de algodón, incluso residuos agroalimentarios – a través de procesos controlados. No es «natural» como la lana o el algodón, ni «sintética» como el poliéster o el nailon: se encuentra en un término medio y toma lo mejor de ambos. El resultado son tejidos con un tacto sedoso, una caída elegante, buena absorbencia y comodidad. Si quisiéramos resumirlo: es un puente entre la naturaleza y la tecnología, pensado para vestir bien y durar, reduciendo el desperdicio y los excesos.

TENCEL™ Animated Line

¿Cómo funciona la producción de una fibra textil artificial?

Todo comienza con la celulosa. Se disuelve, se filtra y se empuja a través de microagujeros llamados hiladoras; al entrar en contacto con un baño de regeneración, se solidifica en filamentos continuos que luego se lavan, se secan y se transforman en hilo o tejido.

La variante más moderna, el lyocell, utiliza un disolvente recuperado casi en su totalidad en un circuito cerrado (sistema cerrado que recupera y reutiliza casi todo el disolvente y el agua), lo que reduce el consumo y las emisiones. El resultado es un hilo regular, con propiedades táctiles agradables y un rendimiento fiable, listo para convertirse en camisas ligeras, vestidos fluidos, ropa interior cómoda y ropa de hogar.

 

Fibra textil artificial: hay más allá de la viscosa

Muchos siguen asociando este tema con la histórica rayón/viscosa, nacida a finales del siglo XIX como «seda artificial». Pero hoy en día el panorama es más rico.

El lyocell (Tencel™), procedente de la celulosa del eucalipto o del haya, es apreciado por su transpirabilidad y su capacidad para gestionar la humedad en contacto con la piel; el modal, también procedente de la haya, destaca por su suavidad y resistencia al lavado, y es la elección natural para la ropa interior y la ropa de estar por casa; el cupro (Bemberg™), obtenido del línter de algodón – el conjunto de fibras cortas que permanecen adheridas a las semillas después del desgranado – tiene una elegancia sedosa, perfecta para forros y prendas ligeras.

Junto a estas soluciones, se están imponiendo vías que valorizan recursos alternativos: la denominada viscosa de bambú (celulosa de bambú regenerada) y proyectos que transforman los residuos en valor, como Orange Fiber a partir de cítricos o la fibra de soja a partir de subproductos alimentarios. La idea básica es común: regenerar polímeros naturales en filamentos de alto rendimiento, con una atención cada vez mayor a la trazabilidad.

© Roy Rogers Animated Line

Fibra textil artificial y sostenibilidad responsable

El punto de partida es prometedor: la materia prima es renovable y, en algunos casos, procede de flujos de residuos que, de otro modo, se perderían. Pero lo que marca la diferencia es el proceso. Las plantas de circuito cerrado recuperan disolventes y agua, reduciendo así el impacto medioambiental; los proveedores que adoptan normas forestales y sistemas de trazabilidad garantizan un abastecimiento más consciente; certificaciones como OEKOTEX ayudan a verificar la ausencia de residuos indeseados en la prenda acabada.

El uso doméstico también es importante: los acabados bien diseñados limitan la formación de bolitas (las pequeñas pelotitas que se forman en la superficie por el roce) y la dispersión de microfragmentos durante los lavados, mientras que, en general, los hábitos correctos (temperaturas moderadas, ciclos delicados, detergentes adecuados) alargan la vida útil de las prendas. En resumen, la fibra textil artificial tiene un gran potencial; para aprovecharlo, es necesario planificar bien cada fase y elegir socios fiables a lo largo de la cadena de suministro.

 

Donde la fibra textil artificial funciona mejor

En las prendas fluidas y drapeadas, la viscosa expresa toda su elegancia y cae con naturalidad; en la ropa interior y la ropa para estar por casa, el modal garantiza comodidad en contacto con la piel y resiste los lavados; En las prendas técnicas ligeras y en los tejidos que deben gestionar el calor y la humedad, el lyocell ofrece una transpirabilidad equilibrada. También la decoración del hogar se beneficia de un tacto y una caída controlados: sábanas frescas, cortinas suaves, fundas nórdicas agradables al tacto.

El hilo conductor es siempre el mismo: una calidad que se percibe al primer contacto y que perdura en el tiempo si se acompaña con los procesos y tratamientos adecuados.

TENCEL™ Luxe Lyocell Filaments | © Tencel™ Animated Line

De la fibra textil artificial a la prenda terminada: el papel de Tonello

Entre el laboratorio y el armario hay un paso decisivo: el teñido y el acabado. Aquí entra en juego Tonello, que diseña máquinas y procesos para fibras naturales, artificiales y sintéticas, prestando especial atención a la reducción del consumo (agua/energía), la optimización química y la delicadeza con las celulósicas regeneradas (tacto, brillo, estabilidad). El valor reside en la repetibilidad: ciclos precisos, escalables desde la prototipación hasta la producción, que pueden garantizar resultados constantes temporada tras temporada.

Si deseas comprender cómo estas decisiones técnicas se traducen en calidad percibida e impactos controlados, explora las tecnologías Tonello y sus máquinas de teñido: encontrarás procesos que transforman un buen hilo en una prenda convincente, lista para salir al mercado.

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